Por Chity del Pozo, experta en consultoría de marca y psicología del consumidor
Resulta curioso observar cómo la sociedad se ha ido adaptando a los nuevos tiempos y a las nuevas tecnologías, de forma vertiginosa y, en especial, a raíz de la pandemia; todas las generaciones han incrementado sus habilidades en el mundo online y es un no parar que ya genera un interés y curiosidad continuos.
¿Quién, hoy en día, no ha comprado online o no se ha conectado a una plataforma para hacer una reunión profesional o personal?, ¿quién no ha probado o está deseando probar la Inteligencia artificial? -con la que ya se están haciendo parejas ideales virtuales y concursos de mises y, por supuesto, trabajos y artículos de cualquier tipo que nos facilitan la vida.
La tecnología en la pandemia nos hizo salir de nuestra zona de confort y aprender cosas que probablemente en años no hubiéramos aprendido, pero lo hemos hecho porque los humanos somos así, cuando nos retan salimos exitosos.
Las TIC lo están alterando todo, nos provocan retos a diario, estamos en plena revolución tecnológica de la que hablarán y explicarán las consecuencias otras generaciones pero que, de momento, ya han modificado casi todo a nuestro alrededor:
- La forma en qué nos relacionamos, socializamos o incluso se busca pareja es cada vez más virtual. Nos relacionamos a través de redes o plataformas de forma más natural y cotidiana, porque es más cómodo, se llega a más gente y es más rápido.
- La salud, el bienestar y el cuidado, ahora son a través de aplicaciones de salud que nos toman las constantes vitales a diario o controlan cuando hacemos ejercicio físico; los relojes inteligentes y las plataformas nos permiten estar al día y obtener información de nuestro cuerpo en todo momento. Tras la pandemia, nos hemos habituado a la telemedicina: consultas médica online o telefónicas cuando nunca antes se habían realizado. Las personas mayores que están solas se controlan y comunican por dispositivos de teleasistencia o se acompañan con robots que les recuerdan cuándo se han de medicar y les dan conversación, entre otras cosas.
- El mundo laboral, en todos los sentidos. Hoy, las nuevas generaciones exigen teletrabajar y las ofertas laborales ya clasifican los puestos que ofertan en función de si es presencial, se teletrabaja o es un híbrido. También se capta al nuevo talento empresarial a través de redes y se descartan perfiles en función de lo que se percibe a través de sus redes. En este sentido, parece que vamos hacia un enfoque de trabajo colaborativo para maximizar el rendimiento y la satisfacción de los empleados, según marcan las tendencias, pero cada vez trabajaremos más separados.
- El mercado empresarial. Con aplicaciones inteligentes y nuevos programas de software que analizan datos de forma autónoma y permiten comprender patrones, predecir resultados y efectuar tareas para las que antes se requería la intervención de personal humano; y que facilitan realizar análisis e informes de forma sencilla y rápida. Esto, junto a lo que llaman la “datificación”, permitirá predecir tendencias, comportamientos y personalizar servicios; aunque ya veremos, porque ahora resulta que a los robots les dan colapsos, por trabajar 20 horas seguidas… Estaremos pendientes de qué va a suponer esto.
- El aprendizaje. Las nuevas generaciones están aprendiendo por conectividad, porque internet nos lleva de un sitio a otro que nos interesa y eso hace que lo vayamos interiorizando. Aprender a filtrar lo que nos interesa y a establecer conexiones entre conocimientos dispares es el motivo del aprendizaje del conectivismo. Los profesores deben emplear la tecnología en el aula para ayudar a los alumnos a desarrollar estas habilidades, porque ahora ya es imposible atender como antes. La teoría del aprendizaje del conectivismo es: bastante nueva tiene en cuenta la era digital y se basa en cómo utilizamos diferentes redes “conectadas” para aprender y ampliar nuestros conocimientos -lo que, de momento, parece más efectivo para enseñar a las nuevas generaciones.
- Los medios de comunicación. El mundo online ahora es el que capta y conecta con las audiencias, y estamos viviendo el fin de la televisión, el periódico en papel y la radio mientras que los podcast, vídeos y anuncios online no paran de incrementar. También las marcas están usando cortos, series y otros programas para estar presente en la vida de las personas. La publicidad exterior está incrementando (OOH) porque, al parecer, es la más efectiva; o incluso se comunican falsas noticas para reclamar la atención (FOOH), como que McDonald’s lanza un perfume con olor a patatas fritas en China que nos tuvo 15 días engañados, pero pendientes de la marca.
- El entretenimiento y la cultura, cada vez más. En el hogar, con preferencias de series a películas y a la carta, lo que penaliza al entretenimiento clásico -cine, teatro y museos- que han tenido que reinventarse e innovar, siendo cada vez más experienciales e inmersivos para llenar aforos.
- La compra cada vez mas inmediata y a domicilio. Quien no lo hacía, se inició en la pandemia, y ahora es la comodidad y la inmediatez los que priman en la misma, así como la forma en que pagamos a través del móvil o el reloj.
- La organización de la vida diaria y la posibilidad de estar siempre conectado, que nos alerta de lo que tenemos que hacer en cada momento y nos mantiene siempre en contacto, queramos o no.
Ahora, nos queda ver cómo todo esto, que hoy nos ayuda y parece que nos facilita la vida y nos ha permitido vivir una pandemia sin salir de casa, lo hace en realidad, y de verdad.
Sí, hemos cambiado, mucho en poco tiempo y las nuevas tecnologías nos ayudan a estar siempre conectados, informados y nos dan comodidades, pero ¿será real?, ¿es sano estar siempre conectado o cada más gente va a sufrir el síndrome FOMO?, ¿cómo estas tecnologías nos afectarán en el futuro?, ¿por qué hay cada vez más movimientos luditas y más plataformas contrarias al uso de pantallas en los más pequeños?, ¿por qué muchos servicios y marcas ofrecen ya la desconexión?… veremos qué dice el paso del tiempo y a quién éste da la razón.